El gato

El gato maúlla solo porque el sol le estorba

le va quitando la vida que le otorga;

el gato maúlla solo porque está quedándose dormido,

y entre lágrimas mi despido

su despido;

el gato maúlla porque está muriendo,

el muere y yo lloro;

millones de personas a lo largo del mundo están sonriendo,

besándose

compartiendo sudores;

pero yo;

 lloro.

Jorge Torrecilla Sánchez

Lágrimas, besos y rostros

Las lágrimas más tardías

son las que más duelen,

los besos prematuros

son los que antes mueren,

recuerda que los rostros más amables

pueden ser los más crueles.

Jorge Torrecilla Sánchez

Moscas

La picardía de la astrología

repartiendo tristezas y alegrías;

mueren moscas todos los días

en la agonía de esta vida vacía;

¡No somos moscas

pero nos tratamos como tal!

Aprovechemos,

la mayoría de las moscas solo viven 24 horas.

Jorge Torrecilla Sánchez

Estúpido

Estúpido universo congelado,

estúpido el poeta encadenado

el que aún la escribe,

estúpido cada momento que vive;

Estúpida la vida de locura,

reflejada en todas sus criaturas.

Que viva la luna y las noches de cordura,

no quiero más tristes

no recuerdo todo lo que me dijiste,

luego insiste,

mira esa ventana

que ojos grises,

tan tristes;

tan tristes.

Lo asumo

Aún fumo y me consumo,

más asumo el humo,

que aún yendo de uno en uno

recibiré  a lo sumo,

reconocimiento póstumo;

Pero ,

¿a quién le importa?

 

Jorge Torrecillas Sánchez

Azazel

No llores más, te prometo que cambiaré, a partir de ahora seré un bastardo.

Dejaré de contestar a tus llamadas, reduciré a cero mis caricias, rechazaré todo gesto de amor con una mirada de prepotencia y lucharé por que cada una de mis sonrisas sea fruto de tu humillación.

Esta transformación, es la recompensa que el tiempo me ha dado por tratar como una dama a quién no lo era. Es mi premio por pensar que había dejado de ser un perdedor.

Ahora pienso, y recuerdo que hasta la luna se mofaba de mí por amarte.

Ahora sé que alguien te está tocando, que ese alguien no soy yo, pero estoy tan vacio, que ya ni siquiera me importa.

Jorge Torrecilla Sánchez