jueves, 23 de diciembre de 2010

CARPE DIEM

Disfruta el aire que respiras y también el que espiras, deja que te deslumbren los pequeños detalles, que aunque insignificantes, son bellos.
Siente la hermosura de los arboles, el increíble color azul del cielo, el calor del sol, emociónate con cada figura desnuda que descubras.
Llora cuando lo necesites, sonríe a las cosas buenas y escúpele a la vida en la cara cuando no te guste.
Y sobre todo, vive cada  momento como si fuese el último y cada amor como si fuese el primero.

Sin valor para ello

Le miré a los ojos, y con una de mis sonrisas más soberbias y prepotentes le dije:
-No me marcho de la vida por la vía rápida porque nunca me ha gustado que me llamen cobarde.
 Pero en realidad lo debería haber dicho es:
-No me marcho de la vida por la vía rápida porque soy un cobarde.

martes, 21 de diciembre de 2010

El despertar I

Mientras saboreo el humo del cigarro, intento que todas las ideas que se agolpan en mi mente desaparezcan, y que la presión que estrangula mi corazón se marche a la par que las mismas.
Pero mi intento fracasa, y se vienen a mi mente una colección de mis más desagradables recuerdos. Me paro en seco y contemplo las baldosas mientras mis ojos se humedecen y una lágrima consigue desprenderse de mi lagrimal y caer contra el suelo.

Vuelvo a reaccionar y sigo mi camino. Llego a la puerta de mi pequeño estudio situado en el centro de la ciudad.
Es un estudio pequeño con un solo dormitorio, la cocina está pegada al comedor, pero separada de este con una especie de diván, (lo que no es demasiado inconveniente ya que la cocina cuenta con un extractor bastante eficiente y el olor no se dispersa demasiado) el cuarto de baño es pequeño, pero al menos cuenta con bañera, que es lugar al que me dirijo ahora.
La verdad es que no es gran cosa, pero está bien situado y además mí nomina no permite nada más, pero por lo menos, puedo llamarlo hogar.

Abro el grifo del agua caliente y mientras espero a que se rellene la bañera me dirijo a mi mini cadena y pongo un disco de coldplay.
Me sumerjo desnudo en el agua caliente y una agradable sensación recorre mi cuerpo, por fin mi mente se vacía, ahora solo existimos yo y la placida sensación que provoca en mí el agua caliente en contacto con todo mi cuerpo.

Pasados unos 10 minutos doy por concluido mi placentero baño, me seco y apago la mini cadena y me visto.

Enciendo el televisor, cojo una botella de ron de mi mueble bar y me siento en mi sofá cambiando de canal y bebiendo pequeños tragos de mi botella, con la esperanza de poder dejar de recordar.
Me sobresalto, me había quedado traspuesto y me había devuelto al mundo real el sonido del telefonillo, me levanto para contestar, me doy cuenta de que estoy algo borracho y me pregunto quién podrá ser.

Cuando contesto al telefonillo me responde una voz de mujer,

            Ana: Soy Ana, he venido a hablar contigo sobre el tema de la página web.
            Yo: Esta bien, sube
.
No lo recordaba, había quedado con Ana, una chica que buscaba que yo le hiciese una página web para su negocio, en verdad yo soy programador informático, pero también hago páginas web para particulares y así me saco algo de dinero extra para alguno de mis caprichos.

Mientras sube yo guardo mi botella en el mueble bar, y me miro en el espejo del pasillo para comprobar que mi aspecto es por lo menos presentable, nunca nos habíamos visto y la primera impresión es la que cuenta.

Cuando abro la puerta me encuentro con una chica joven de unos 27 años, morena, con ondulaciones en el pelo, la verdad es que es hermosa, no me la había imaginado así,
Me mira con sus ojos azules y esbozando una bella sonrisa dice

            Ana: Buenas tardes ¿Cómo va?
            Yo: Bien, adelante pasa al salón.

Comenzamos a hablar y le pregunto cual es su negocio y que quiere mostrar en la página web. Ella me dice que tiene una pequeña tienda de bisutería y que quería una página web para conseguir publicidad.
Lo primero que se me pasa por la cabeza, es que es raro que una persona con una pequeña tienda quiera hacer una página web,  pero bueno cosas más raras se ha visto ¿no?

Suena mi teléfono móvil, un mensaje, me dirijo a ver quien reclama mi atención,

            Ana: ¿Puedes atender después el móvil por favor?, es que no quiero que
me dejes sola je.
           
Yo: Mmm si por supuesto, disculpa.

¡Qué chica más rara!, pero bueno, el cliente siempre tiene la razón.

Terminamos la charla sobre sus intereses para el proyecto de la página y quedamos mañana a la misma hora.

Me dirijo a mi móvil para comprobar quien me había mandado un mensaje,

            Hola soy Ana, lo siento no puedo verme hoy contigo,
            cuando pueda verte te aviso, perdona las molestias.

¿!Pero que!? Si Ana me había mandado ese mensaje ¿quién coño era la chica que había estado en mi casa hasta hace un momento?

Por primera vez en el día mi mente deja a un lado los recuerdos que hasta hace momentos me inundaban y se centra en la chica que había estado en mi casa y el mensaje de la verdadera Ana, algo raro sucede, eso está claro.   

Lo mas triste

Todavía recuerdo el día en que la encontré, estaba muy desmejorada, deshidratada y sucia, me dio pena, así que la acogí en mi casa. Al día siguiente ya estaba mucho mejor, y después de limpiarse y de recuperarse mostraba una estilizada figura junto a un bello rostro.
Yo la cuidé, y prácticamente de inmediato nació el amor entre nosotros.
 Ella era lista, cariñosa y traviesa (en el sentido más noble e infantil de la palabra), me dio más cariño y amor del que nadie me haya dado en todo el tiempo que llevo de vida.

Pero un día, como otro cualquiera, todo se vio truncado. Ha ella le empezó a costar mantenerse en pie, después le empezó a costar respirar. Esa misma noche en mi sofá ella sabía que llegaba su hora, y lo que era peor, yo también lo sabía.
La empecé a acariciar, hasta que desfalleció a mi lado, y entonces rompí a llorar y vi como todo retazo que pudiese quedar de mi creencia en Dios desaparecía inevitablemente. En ese momento me di cuenta del poco o ningún sentido que tiene la vida, todo destruido en un instante, vacio, muerto y sin sentido.

Solo me queda la certeza de que, aunque no quisiese que a si fuese, la recordaré y amaré toda mi vida.     
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Sora no cry por Jorge Torrecilla Sánchez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución 3.0 Unported.